PaBLoVaLeNciA
Well-Known Member
Hola, ¿qué tal?
Tenía un artículo por ahi, que redacté hace un año aproximádamente que me gustaría compartir con vosotros. Si los moderadores consideran que este no es su sitio, les pido disculpas de antemano.
Mantenimiento y cria en cautividad de Isópodos como alimento vivo Por Pablo Gradolí.
Introducción.
Afortunadamente, en el mercado cada vez podemos encontrar una mayor diversidad de especies empleadas como alimento vivo. Unas, poseen un contenido nutricional más equilibrado que otras, pero cada una de ellas presenta sus ventajas. En este artículo nos centraremos en los isópodos terrestres, las llamados comúnmente, cochinillas de la humedad, que desde hace un tiempo, están ganando terrero a otras especies destinadas a la alimentación de nuestros reptiles, anfibios, pequeños mamíferos y como no,de nuestros artrópodos. De hecho, son ya numerosos los criaderos de alimento vivo, que están criando de forma contínua, isópodos destinados a nutrir anfibios de pequeño tamaño, como son los dendrobátidos, concretamente con Trichorhina tomentosa, con excelentes resultados, sin embargo, trataré con más profusión aquellas especies que podemos tener más a mano y que más comúnmente conocemos, como son Porcellio scaber, Armadillidium vulgare u Oniscus asellus.
Oniscus asellus, Armadillidium vulgare y Porcellio scaber respectivamente, ordenados por tamaño de la especie, de mayor a menor.
Descripción.
Las especies en las que nos vamos a centrar, llamadas vulgarmente “bichos bola” y de forma común, cochinillas de la humedad, a pesar de lo que se crea, no están englobados en la clase Chilopoda o Diplopoda, correspondiente a los ciempiés o milpiés, respectivamente, a pesar de que algunos géneros de ésta última, como Glomeris puede llevar a confusión; sin embargo, no tienen nada que ver los unos con los otros. Las especies que vamos a ver son crustáceos, pertenecientes al Orden Isopoda.
Reino: Animalia
Phylum: Arthropoda
Subphylum: Crustacea
Clase: Malacostraca
Orden: Isopoda
Familia: Porcellionidae ( Sp. Porcellio scaber); Armadillidae (Sp.Armadillidium vulgare); Oniscidae (Sp. Oniscus asellus).
Este Orden es el segundo más grande dentro de los crustáceos, la mayoría de las 4.000 especies descritas viven en el mar ocupando todos tipos de hábitat, pero también hay algunos isópodos que viven en agua dulce, y otros terrestres. Los isópodos miden entre 5 y 20 mm de longitud aunque se ha encontrado ejemplares de 42 cm en los fondos marinos abisales y hadales.
Los isópodos destacan por tener un cuerpo aplanado dorsoventralmente. Tienen una cabeza en forma de escudo, un abdomen corto y carecen de caparazón. Los segmentos abdominales se pueden encontrar fusionados. Las anténulas son cortas y unirramias. El primen par de apendices torácicos está modificado para formar maxilípedos, o artejos bucales, los siete pares de apéndices restantes son patas que suelen estar adaptadas a la reptación. Aquí os muestros dos esquemas sobre la morfología en general del Orden Isópoda.
Fisiología y biología.
Generalizando, los ojos de los isópodos son compuestos y su visión es bastante deficitaria, pero son capaces de detectar hasta los más leves cambios en la luminosidad. Prueba de ello, es que baste con iluminarlos para que huyan corriendo, tratando de esconderse.
Las antenas, son artejos de vital importancia pues los emplean como apéndices sensoriales palpando y tocando todas las superficies, en busca de comida. Es curioso apreciar cómo también se comunican entre ellos de algún modo, frotando levemente sus antenas como lo hace el Orden Himenoptera, (abejas, hormigas, avispas…)
Cuentan con siete pares de pereiópodos como decíamos antes, pero en el primer estadio, tras el nacimiento, sólo cuentan con seis pares de patas. Tras la segunda muda, aparece el séptimo y último par.
Al final del séptimo segmento abdominal, las hembras poseen en la región de los pleópodos una especie de saco embrionario, similar a un pequeño marsupio y que desarrollan en cuanto han sido fecundadas, que albergará todos los sacos de huevos y las crias, (una vez hayan eclosionado, hasta que el exoesqueleto se endurece completamente), como lo hacen muchas gambas y otros crustáceos acuáticos.
En esta parte del abdomen, también encontramos el apéndice genital (en los machos) y en su defecto, (cavidad o poro genital en las hembras y oviscapto, pegado al telson ) y los pulmones pleopodales, también llamados traqueobranquias, que podemos identificar cómo unos pequeños saquitos de pigmentación clara o blanquecina.
Armadillidium vulgare.
Estos últimos, no son más que branquias tapizadas por una fina dermis y que se han especializado profusamente, hasta un nivel comparable al de los artrópodos más evolucionados, salvo por un inconveniente, y es que, deben estar constantemente hidratados y para ello requieren una elevada humectación ambiental. Además, las cochinillas de la humedad excretan urea, como cualquier crustáceo, en lugar de ácido úrico. Ello supone una mayor pérdida de agua y depender más de la humedad ambiental para poder sobrevivir.
En cuanto a la temperatura que son capaces de soportar, es bastante variable, si bien es aconsejable que no supere los 30 ºC y no descienda de los 16ºC ya que morirán los indivíduos más jóvenes y los adultos entrarán en diapausa, ralentizando al máximo la actividad metabólica hasta que aparezcan condiciones más favorables.
Referente a la alimentación son omnívoros y aunque la mayor parte de la dieta la conforman alimentos de origen vegetal, no desdeñan restos de cadáveres. Son de naturaleza gregaria y no nos darán problemas, mientras tengan siempre comida. Si nos descuidamos en suministrarles un alimento constante, seremos testigos de algunas bajas, pues en las mudas es bastante probable que se alimenten de los miembros cuya quitina aún no se ha endurecido.
Como dato curioso, cabe destacar que la muda o ecdisis la efectúan en dos fases, es decir, mudan el exoesqueleto desde la mitad del abdomen hasta el telson y los días posteriores efectúan la mitad restante, hasta la región cefálica, de la que se alimentarán después, para aprovechar el calcio que contiene.
Desde su nacimiento hasta el estado adulto, la realizan hasta 5 veces.
Segunda fase de la muda en P.scaber.
MANTENIMIENTO Y CRÍA EN CAUTIVIDAD.
-Mantenimiento de los parámetros ambientales.
Para comenzar, debemos elegir un recipiente o contenedor impermeable, capaz de retener la humedad pero con aireación. Por supuesto, en uno de mayor capacidad podremos albergar una población más estable y en él, nos será más fácil retener mayores niveles de humedad ambiental, el factor más importante a tener en cuenta para que se reproduzcan con éxito estas especies.
El sustrato que emplearemos será turba negra y debemos tener mucho cuidado de que ésta no contenga abonos químicos y acaricidas u otros insecticidas, pues sería nefasto, ya que se irían acumulando lentamente en la pequeña cadena trófica de nuestra comunidad y acabarían en los organismos de los ejemplares que pretendemos alimentar.
Otras opciones y alternativas son, la fibra de coco, el compost procedente de descomposición vegetal, a las que podemos añadir vermiculita o perlita para que retengan un mayor volumen hídrico.
No se recomienda emplear turba rubia o aquellos sustratos cuyo pH sea muy ácido, ya que ello contribuirá a la descalcificación del exoesqueleto de nuestros isópodos y no sólo matará a los más jóvenes, sino que seremos testigos de cómo los indivíduos reproductores pierden color y fortaleza, se van volviendo más apáticos y finalmente mueren.
O.asellus y A.vulgare, juntos en el mismo recipiente de cria.
A la mezcla o elección final, deberiamos añadirle en la superficie, hojarasca (por lo anterior, no se recomienda que empleemos pino o eucalipto), trozos de madera envejecida y/o corteza y en su defecto cartón , que pueda facilitar refugios y a su vez ayudar a la retención de humedad. Debemos recordar que no hay que empapar el sustrato, sino humedecerlo. Si los niveles de humectación son muy elevados, la gran mayoría de isópodos tratará de salir del sustrato y subir a las partes más altas posibles.
Podemos mantenerlos a temperatura ambiente, siempre que lo hagamos en el interior de nuestras viviendas ya que en los meses más calidos de verano, nuestro contenedor de cria, podría sobrecalentarse demasiado y en los meses más frios, ralentizaríamos el metabolismo de éstos y detendríamos los periodos de cria como mínimo.
Una gran ventaja es que las especies en cuestión (y que ahora trataremos con mayor profusión) pueden ser mantenidas juntas, en las mismas condiciones sin ningún problema.
-Alimentación.
La alimentación es simple y una de las ventajas de este tipo de cultivo, ya que son totalmente omnívoros y podemos emplearlos como reservorios o contenedores de las vitaminas y minerales que pretendemos que coman los organismos superiores que alimentaremos con cochinillas de la humedad.
Podemos suministrarles alimentos balanceados, como piensos de perro/gato/roedores vitaminados, comida para peces en escamas y un sin fin de frutas y verduras, si bien es cierto que he comprobado que hay determinadas verduras y frutos que aprecian sobremanera como la zanahoria, la patata, el tomate, el calabacín, la calabaza,la chirivía y las setas y champiñones.
A.vulgare y O.asellus alimentándose. En la esquina inferior derecha puede verse la forma que presentan los excrementos.
Por supuesto, dado que se trata de crustáceos, poseen una cantidad de calcio en su exoesqueleto muy superior a la de cualquier insecto de modo que será muy recomendable suministrar carbonato cálcico en polvo, conchas de bivalbos/gasterópodos o hueso de sepia o jibia para mantener unos niveles de calcio y carbonatos adecuados para asegurar el correcto endurecimiento del nuevo exoesqueleto.
Es interesante saber que hay ciertas vitaminas que se catabolizan, es decir, que se degradan pasadas sólo unas pocas horas tras alimentar a nuestros isópodos con ellas, con lo que no serían aprovechadas por los ejemplares a los que van destinados como alimento vivo del mismo modo que si fueran ingeridas por ellos mismos.
Una forma de que ésto no ocurra es suministrar el alimento vivo a los consumidores finales (anfibios, reptiles, artrópodos…) en las próximas horas de darles éstos alimentos o vitaminas a los primeros, proceso profusamente estudiado en otros crustáceos empleados como alimento vivo en la industria piscícola, para aquellas especies de interés comercial que sólo aceptan alimento vivo durante sus estadios en la cria y engorde en cautividad para consumo humano.
-Reproducción y ciclo de vida.
Una vez, aclarado el apartado de alimentación procederé a hablaros de la reproducción. Como he mencionado anteriormente, el dimorfismo sexual es poco acusado y sólo es posible verlo en la última muda con total claridad y mediante una buena lente o estereomicroscópio.
Las hembras poseen un pequeño masupio que se desarrolla más, tras la fecundación,asi como un pequeño poro genital y un oviscapto por el que el macho fecunda a la hembra y pone los huevos en el marsupio, respectivamente. El macho posee un apéndice genital birrámeo que emplea para fecunda la hembra. Tras ésto los huevos quedarán resguardados en el pequeño marsupio y donde eclosionarán y tras endurecerse, comenzarán a bajar y a alimentarse de exactamente lo mismo que los padres.
La fecundación es rara de ver, ya que normalmente suele darse de noche o con cierta oscuridad. En ella, el macho persigue a la hembra palpándola repetidamente con las antenas y subiéndose arriba de ella y lamiendo la región cefálica de ésta. Tras ésto, la fecunda, posándose en un lateral u otro o incluso en el suelo, uno frente a otro, como en ésta aclarativa instantánea.
En el periodo de una a dos semanas, la hembra dependiendo de su envergadura, puede poner desde 20 hasta 160 huevos, siendo lo más común que la cifra ronde los 100 aproximádamente. Éstas, efectuan la puesta hasta 3 veces al año y en A. vulgare y O.asellus, las crias completan el ciclo vital en 2 o 3 meses, convirtiéndose en indivíduos sexualmente maduros; por tanto se deduce que para P.scaber, este periodo sea levemente más corto, ya que es una especie de menor tamaño. La longevidad máxima es de 2 años para A. vulgare y O.asellus y de 1-1'5 para P.scaber.
Las crias, no pasas por una fase larvaria como sus homólogos acuáticos sino que nacen casi idénticos a los padres, (salvo por el séptimo par de patas que hemos comentado anterioridad).
Tras el invierno, (en el que mueren gran parte de los indivíduos), si hay escasez de machos,hay poblaciones en las que nacen hembras partenogenéticas, lo que asegura la supervivencia de éstas.
En esta fotografía podeis ver una cria de Armadillium vulgare vista en microscópio óptico, tomada por mi a 400x y a 640x. Notad, que sólo posee 6 pares de extremidades dado que se encuentra en el 1er estadio y que las traqueobranquias no son blancas como en los adultos, sino negras.
Tenía un artículo por ahi, que redacté hace un año aproximádamente que me gustaría compartir con vosotros. Si los moderadores consideran que este no es su sitio, les pido disculpas de antemano.
Mantenimiento y cria en cautividad de Isópodos como alimento vivo Por Pablo Gradolí.
Introducción.
Afortunadamente, en el mercado cada vez podemos encontrar una mayor diversidad de especies empleadas como alimento vivo. Unas, poseen un contenido nutricional más equilibrado que otras, pero cada una de ellas presenta sus ventajas. En este artículo nos centraremos en los isópodos terrestres, las llamados comúnmente, cochinillas de la humedad, que desde hace un tiempo, están ganando terrero a otras especies destinadas a la alimentación de nuestros reptiles, anfibios, pequeños mamíferos y como no,de nuestros artrópodos. De hecho, son ya numerosos los criaderos de alimento vivo, que están criando de forma contínua, isópodos destinados a nutrir anfibios de pequeño tamaño, como son los dendrobátidos, concretamente con Trichorhina tomentosa, con excelentes resultados, sin embargo, trataré con más profusión aquellas especies que podemos tener más a mano y que más comúnmente conocemos, como son Porcellio scaber, Armadillidium vulgare u Oniscus asellus.



Oniscus asellus, Armadillidium vulgare y Porcellio scaber respectivamente, ordenados por tamaño de la especie, de mayor a menor.
Descripción.
Las especies en las que nos vamos a centrar, llamadas vulgarmente “bichos bola” y de forma común, cochinillas de la humedad, a pesar de lo que se crea, no están englobados en la clase Chilopoda o Diplopoda, correspondiente a los ciempiés o milpiés, respectivamente, a pesar de que algunos géneros de ésta última, como Glomeris puede llevar a confusión; sin embargo, no tienen nada que ver los unos con los otros. Las especies que vamos a ver son crustáceos, pertenecientes al Orden Isopoda.
Reino: Animalia
Phylum: Arthropoda
Subphylum: Crustacea
Clase: Malacostraca
Orden: Isopoda
Familia: Porcellionidae ( Sp. Porcellio scaber); Armadillidae (Sp.Armadillidium vulgare); Oniscidae (Sp. Oniscus asellus).
Este Orden es el segundo más grande dentro de los crustáceos, la mayoría de las 4.000 especies descritas viven en el mar ocupando todos tipos de hábitat, pero también hay algunos isópodos que viven en agua dulce, y otros terrestres. Los isópodos miden entre 5 y 20 mm de longitud aunque se ha encontrado ejemplares de 42 cm en los fondos marinos abisales y hadales.
Los isópodos destacan por tener un cuerpo aplanado dorsoventralmente. Tienen una cabeza en forma de escudo, un abdomen corto y carecen de caparazón. Los segmentos abdominales se pueden encontrar fusionados. Las anténulas son cortas y unirramias. El primen par de apendices torácicos está modificado para formar maxilípedos, o artejos bucales, los siete pares de apéndices restantes son patas que suelen estar adaptadas a la reptación. Aquí os muestros dos esquemas sobre la morfología en general del Orden Isópoda.


Fisiología y biología.
Generalizando, los ojos de los isópodos son compuestos y su visión es bastante deficitaria, pero son capaces de detectar hasta los más leves cambios en la luminosidad. Prueba de ello, es que baste con iluminarlos para que huyan corriendo, tratando de esconderse.
Las antenas, son artejos de vital importancia pues los emplean como apéndices sensoriales palpando y tocando todas las superficies, en busca de comida. Es curioso apreciar cómo también se comunican entre ellos de algún modo, frotando levemente sus antenas como lo hace el Orden Himenoptera, (abejas, hormigas, avispas…)
Cuentan con siete pares de pereiópodos como decíamos antes, pero en el primer estadio, tras el nacimiento, sólo cuentan con seis pares de patas. Tras la segunda muda, aparece el séptimo y último par.

Al final del séptimo segmento abdominal, las hembras poseen en la región de los pleópodos una especie de saco embrionario, similar a un pequeño marsupio y que desarrollan en cuanto han sido fecundadas, que albergará todos los sacos de huevos y las crias, (una vez hayan eclosionado, hasta que el exoesqueleto se endurece completamente), como lo hacen muchas gambas y otros crustáceos acuáticos.
En esta parte del abdomen, también encontramos el apéndice genital (en los machos) y en su defecto, (cavidad o poro genital en las hembras y oviscapto, pegado al telson ) y los pulmones pleopodales, también llamados traqueobranquias, que podemos identificar cómo unos pequeños saquitos de pigmentación clara o blanquecina.

Armadillidium vulgare.
Estos últimos, no son más que branquias tapizadas por una fina dermis y que se han especializado profusamente, hasta un nivel comparable al de los artrópodos más evolucionados, salvo por un inconveniente, y es que, deben estar constantemente hidratados y para ello requieren una elevada humectación ambiental. Además, las cochinillas de la humedad excretan urea, como cualquier crustáceo, en lugar de ácido úrico. Ello supone una mayor pérdida de agua y depender más de la humedad ambiental para poder sobrevivir.
En cuanto a la temperatura que son capaces de soportar, es bastante variable, si bien es aconsejable que no supere los 30 ºC y no descienda de los 16ºC ya que morirán los indivíduos más jóvenes y los adultos entrarán en diapausa, ralentizando al máximo la actividad metabólica hasta que aparezcan condiciones más favorables.
Referente a la alimentación son omnívoros y aunque la mayor parte de la dieta la conforman alimentos de origen vegetal, no desdeñan restos de cadáveres. Son de naturaleza gregaria y no nos darán problemas, mientras tengan siempre comida. Si nos descuidamos en suministrarles un alimento constante, seremos testigos de algunas bajas, pues en las mudas es bastante probable que se alimenten de los miembros cuya quitina aún no se ha endurecido.
Como dato curioso, cabe destacar que la muda o ecdisis la efectúan en dos fases, es decir, mudan el exoesqueleto desde la mitad del abdomen hasta el telson y los días posteriores efectúan la mitad restante, hasta la región cefálica, de la que se alimentarán después, para aprovechar el calcio que contiene.
Desde su nacimiento hasta el estado adulto, la realizan hasta 5 veces.

Segunda fase de la muda en P.scaber.
MANTENIMIENTO Y CRÍA EN CAUTIVIDAD.
-Mantenimiento de los parámetros ambientales.
Para comenzar, debemos elegir un recipiente o contenedor impermeable, capaz de retener la humedad pero con aireación. Por supuesto, en uno de mayor capacidad podremos albergar una población más estable y en él, nos será más fácil retener mayores niveles de humedad ambiental, el factor más importante a tener en cuenta para que se reproduzcan con éxito estas especies.
El sustrato que emplearemos será turba negra y debemos tener mucho cuidado de que ésta no contenga abonos químicos y acaricidas u otros insecticidas, pues sería nefasto, ya que se irían acumulando lentamente en la pequeña cadena trófica de nuestra comunidad y acabarían en los organismos de los ejemplares que pretendemos alimentar.
Otras opciones y alternativas son, la fibra de coco, el compost procedente de descomposición vegetal, a las que podemos añadir vermiculita o perlita para que retengan un mayor volumen hídrico.
No se recomienda emplear turba rubia o aquellos sustratos cuyo pH sea muy ácido, ya que ello contribuirá a la descalcificación del exoesqueleto de nuestros isópodos y no sólo matará a los más jóvenes, sino que seremos testigos de cómo los indivíduos reproductores pierden color y fortaleza, se van volviendo más apáticos y finalmente mueren.

O.asellus y A.vulgare, juntos en el mismo recipiente de cria.
A la mezcla o elección final, deberiamos añadirle en la superficie, hojarasca (por lo anterior, no se recomienda que empleemos pino o eucalipto), trozos de madera envejecida y/o corteza y en su defecto cartón , que pueda facilitar refugios y a su vez ayudar a la retención de humedad. Debemos recordar que no hay que empapar el sustrato, sino humedecerlo. Si los niveles de humectación son muy elevados, la gran mayoría de isópodos tratará de salir del sustrato y subir a las partes más altas posibles.
Podemos mantenerlos a temperatura ambiente, siempre que lo hagamos en el interior de nuestras viviendas ya que en los meses más calidos de verano, nuestro contenedor de cria, podría sobrecalentarse demasiado y en los meses más frios, ralentizaríamos el metabolismo de éstos y detendríamos los periodos de cria como mínimo.
Una gran ventaja es que las especies en cuestión (y que ahora trataremos con mayor profusión) pueden ser mantenidas juntas, en las mismas condiciones sin ningún problema.
-Alimentación.
La alimentación es simple y una de las ventajas de este tipo de cultivo, ya que son totalmente omnívoros y podemos emplearlos como reservorios o contenedores de las vitaminas y minerales que pretendemos que coman los organismos superiores que alimentaremos con cochinillas de la humedad.
Podemos suministrarles alimentos balanceados, como piensos de perro/gato/roedores vitaminados, comida para peces en escamas y un sin fin de frutas y verduras, si bien es cierto que he comprobado que hay determinadas verduras y frutos que aprecian sobremanera como la zanahoria, la patata, el tomate, el calabacín, la calabaza,la chirivía y las setas y champiñones.

A.vulgare y O.asellus alimentándose. En la esquina inferior derecha puede verse la forma que presentan los excrementos.
Por supuesto, dado que se trata de crustáceos, poseen una cantidad de calcio en su exoesqueleto muy superior a la de cualquier insecto de modo que será muy recomendable suministrar carbonato cálcico en polvo, conchas de bivalbos/gasterópodos o hueso de sepia o jibia para mantener unos niveles de calcio y carbonatos adecuados para asegurar el correcto endurecimiento del nuevo exoesqueleto.
Es interesante saber que hay ciertas vitaminas que se catabolizan, es decir, que se degradan pasadas sólo unas pocas horas tras alimentar a nuestros isópodos con ellas, con lo que no serían aprovechadas por los ejemplares a los que van destinados como alimento vivo del mismo modo que si fueran ingeridas por ellos mismos.
Una forma de que ésto no ocurra es suministrar el alimento vivo a los consumidores finales (anfibios, reptiles, artrópodos…) en las próximas horas de darles éstos alimentos o vitaminas a los primeros, proceso profusamente estudiado en otros crustáceos empleados como alimento vivo en la industria piscícola, para aquellas especies de interés comercial que sólo aceptan alimento vivo durante sus estadios en la cria y engorde en cautividad para consumo humano.
-Reproducción y ciclo de vida.
Una vez, aclarado el apartado de alimentación procederé a hablaros de la reproducción. Como he mencionado anteriormente, el dimorfismo sexual es poco acusado y sólo es posible verlo en la última muda con total claridad y mediante una buena lente o estereomicroscópio.
Las hembras poseen un pequeño masupio que se desarrolla más, tras la fecundación,asi como un pequeño poro genital y un oviscapto por el que el macho fecunda a la hembra y pone los huevos en el marsupio, respectivamente. El macho posee un apéndice genital birrámeo que emplea para fecunda la hembra. Tras ésto los huevos quedarán resguardados en el pequeño marsupio y donde eclosionarán y tras endurecerse, comenzarán a bajar y a alimentarse de exactamente lo mismo que los padres.

La fecundación es rara de ver, ya que normalmente suele darse de noche o con cierta oscuridad. En ella, el macho persigue a la hembra palpándola repetidamente con las antenas y subiéndose arriba de ella y lamiendo la región cefálica de ésta. Tras ésto, la fecunda, posándose en un lateral u otro o incluso en el suelo, uno frente a otro, como en ésta aclarativa instantánea.
En el periodo de una a dos semanas, la hembra dependiendo de su envergadura, puede poner desde 20 hasta 160 huevos, siendo lo más común que la cifra ronde los 100 aproximádamente. Éstas, efectuan la puesta hasta 3 veces al año y en A. vulgare y O.asellus, las crias completan el ciclo vital en 2 o 3 meses, convirtiéndose en indivíduos sexualmente maduros; por tanto se deduce que para P.scaber, este periodo sea levemente más corto, ya que es una especie de menor tamaño. La longevidad máxima es de 2 años para A. vulgare y O.asellus y de 1-1'5 para P.scaber.
Las crias, no pasas por una fase larvaria como sus homólogos acuáticos sino que nacen casi idénticos a los padres, (salvo por el séptimo par de patas que hemos comentado anterioridad).
Tras el invierno, (en el que mueren gran parte de los indivíduos), si hay escasez de machos,hay poblaciones en las que nacen hembras partenogenéticas, lo que asegura la supervivencia de éstas.
En esta fotografía podeis ver una cria de Armadillium vulgare vista en microscópio óptico, tomada por mi a 400x y a 640x. Notad, que sólo posee 6 pares de extremidades dado que se encuentra en el 1er estadio y que las traqueobranquias no son blancas como en los adultos, sino negras.

