Yo-Kim
Well-Known Member
Leyendo uno se sorprende....
En todo el mundo, el "negocio de los insectos" está en auge a medida que los agricultores utilizan cada vez más insectos depredadores y parásitos, como una alternativa a los pesticidas químicos.
Desde Bioline, el criadero de insectos del gigante agroquímico suizo Syngenta, en las afueras de Clacton-on-Sea, se envían 27 diferentes especies benéficas a los agricultores en Europa, América, Oriente Medio y Japón.
Cajas con "vaquitas" de San Antonio (Coleoptera: Coccinellidae) esperan para ser despachadas a Arabia Saudita; avispas de la especie Encarsia formosa (Hymenoptera: Aphelinidae) serán enviadas a España, y también hay abejorros que serán destinados a ayudar a polinizar las plantas de tomates en Gran Bretaña.
Melvyn Fidgett, el presidente ejecutivo de Bioline, subsidiaria de Syngenta AG, la mayor firma de agroquímicos del mundo, estima que su unidad envía cada año unos 200 mil millones de insectos a diversos clientes.
La forma en que se juntan los insectos es un secreto bien guardado, pero el resultado final es una pila de bichos "buenos", listos para ser despachados en paquetes de papel que se pueden colgar entre los cultivos.
El negocio de los insectos, aunque no es nuevo, ha recibido un fuerte impulso en años recientes, debido a la creciente preocupación de los consumidores por la calidad de los alimentos y los temores de que se utilicen los pesticidas de forma excesiva.
La Asociación Internacional de Manufactureros de Biocontrol (International Biocontrol Manufacturers Association) estima que en el 2000 se vendieron insectos de uso comercial por unos 300 millones de euros, y prevé que esa cifra crecerá en unos 400 millones de euros para el 2010.
Esto aún es pequeño comparado con el negocio mundial
En todo el mundo, el "negocio de los insectos" está en auge a medida que los agricultores utilizan cada vez más insectos depredadores y parásitos, como una alternativa a los pesticidas químicos.
Desde Bioline, el criadero de insectos del gigante agroquímico suizo Syngenta, en las afueras de Clacton-on-Sea, se envían 27 diferentes especies benéficas a los agricultores en Europa, América, Oriente Medio y Japón.
Cajas con "vaquitas" de San Antonio (Coleoptera: Coccinellidae) esperan para ser despachadas a Arabia Saudita; avispas de la especie Encarsia formosa (Hymenoptera: Aphelinidae) serán enviadas a España, y también hay abejorros que serán destinados a ayudar a polinizar las plantas de tomates en Gran Bretaña.
Melvyn Fidgett, el presidente ejecutivo de Bioline, subsidiaria de Syngenta AG, la mayor firma de agroquímicos del mundo, estima que su unidad envía cada año unos 200 mil millones de insectos a diversos clientes.
La forma en que se juntan los insectos es un secreto bien guardado, pero el resultado final es una pila de bichos "buenos", listos para ser despachados en paquetes de papel que se pueden colgar entre los cultivos.
El negocio de los insectos, aunque no es nuevo, ha recibido un fuerte impulso en años recientes, debido a la creciente preocupación de los consumidores por la calidad de los alimentos y los temores de que se utilicen los pesticidas de forma excesiva.
La Asociación Internacional de Manufactureros de Biocontrol (International Biocontrol Manufacturers Association) estima que en el 2000 se vendieron insectos de uso comercial por unos 300 millones de euros, y prevé que esa cifra crecerá en unos 400 millones de euros para el 2010.
Esto aún es pequeño comparado con el negocio mundial