Jajajaja Kirus, me acordé de ti ayer cuando entro en la habitación y me encuentro a mi gata mirando muy fijamente debajo del armario. El primer pensamiento que tuve, acertado. "Se han escapado".
Efectivamente, ahí estaban las dos, acurrucadas la una con la otra, pero imposible echarles mano, porque no nos cabían.
Al final cogimos a la gris dentro de un baúl, a pelo, con las manos, que la pobre no sabía ni dónde meterse, venga a correr, y la pequeña se había quedado atontada y despeinada (pensé al principio que la gata había conseguido echarle mano, pero gracias a dios, me equivocaba).
A ver si me hago ya con la urna (ya mañana, ya...) porque no dejan de darme sustos las jodías.
Me recordó demasiado a ti, jajajaja. La única pega, que seguro que yo no voy a esperar "nietecitos" 