olimpo dijo:
Dios mio este tio está fatal... es su propio conejillo de indias... dice que todo el mundo quiere vivir más y que por eso lo hace... pero sabe que puede morir mañana jaja.
bricoterrario dijo:
los caballos a los que se inyecta veneno para producir suero antiofidico viven menos que el resto de caballos .
quizas sea solo cuestion de dosis , esta claro que se esta jugando la vida pero quien sabe , quizas descubra algo importantisimo para la industria medica
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Boltic dijo:
Esta claro que si hace lo que hemos visto muy bien de la cabeza no tiene que estar, pese a que parezca que sabe lo que hace él mismo dice que ni siquiera conoce las propiedades de cada veneno que se inyecta... Pero lo que no me vais a negar es la pedazo de colección de reptiles que tiene! Jaja
También yo había visto es vídeo. Comento lo siguiente:
- Como decís alguno, ese hombre es demasiado "extravagante". Creo que los datos autobiográficos que él mismo le menciona a su entrevistador nos sirven para hacernos un leve idea de dónde puede estar la raíz de la extraña conducta de esta persona: en mi opinión Steve Ludwin fue educado pésimamente. Fue un niño y un adolescente al que no le faltó nada material (dinero, comodidades, privilegios) por ser hijo de quien era, pero al mismo tiempo fue alguien bastante mal criado hasta el punto de convertirse con el paso del tiempo en un inadaptado o excluido social, alguien que no encaja en ningún sitio y que además tiene un punto de egocentrismo o de narcisismo y una continua necesidad de llamar la atención o de destacar por algo que le haga diferente al resto de personas; con esto quizás trate de superar la angustia existencial de sentirse demasiado desorientado en este mundo.
- Por otro lado, este hombre actúa de un modo algo inconsciente persistiendo en esa práctica de inyectarse pequeñas dosis de venenos -él mismo lo reconoce en algún momento-, y además añade -sin pudor alguno- que es alguien bastante ignorante en cuestiones de veneno de serpientes, de toxicología y de las respuestas fisiológicas del organismo humano a las toxinas que ha estado inyectándose en su cuerpo durante años.
- Lo único positivo que le encuentro a su testimonio -que ya ha sido sugerido por Bricoterrario- es que esta persona haya decidido ponerse en contacto y colaborar con científicos que estudian los venenos de serpientes, para que así, al menos, la extraña práctica que ha estado llevando a cabo durante veinte años no se pierda sin más cuando él muera, y al menos pueda tener algún valor para el progreso científico, y para la comunidad humana en definitiva (quizás gracias al aporte consistente en nuevos hallazgos en biomedicina que, a su vez, se podrían traducir en cura de enfermedades o en salvar vidas humanas en un futuro).
- Por último me parece observar en el vídeo que en una de sus manos, durante algunas manipulaciones, se produce un temblor que, aparentemente, él no controla. Esto me ha causado una mala sensación y me ha hecho preguntarme si las inyecciones de toxinas de serpientes no tendrán algo que ver en ello.