Nosotros hace años estuvimos muy en contacto con una gata salvaje (con nosotros se comportaba de forma doméstica) que vivía y cazaba en un bosque de encinas y una pradera, y era increíble la cantidad de presas que llegaba a cazar. Ella siempre cazaba para comer y comía todo lo que cazaba, a diferencia de muchos gatos domésticos. De noche la veía a veces cazar, y por las mañanas solía encontrar rastros de plumitas y sangre.
Son unos cazadores formidables con un gran instinto, maten o no para comer, y suponen un gran problema para todo tipo de pequeños animalitos. Yo no olvidaré cuando estaba embelesada viendo un día cómo dos petirrojos daban de comer a su único pollo que ya volaba con ellos, y zas, en un segundo estaba en la boca de la gata, que ni supimos de dónde salió. El ver la desolación de los padres, intentando atacar a la gata, poníendose al alcance de sus garras mientras piaban y piaban, intentando inútilmente rescatar al polluelo, me marcó mucho.
Cuántos animalitos se pierden cada día, reptiles incluídos.
Un saludo!