Hola Joaquín,
siento esa pérdida, era una clasto preciosa, de las pocas que con seguridad se mantienen en este país.
Jode siempre mucho la muerte de un animal, pero como bien dices en este caso jode aun mucho más por las formas, por lo inexplicable de la muerte.
Yo apuntaría a que el problema ha sido la rata en sí misma, bien porque no haya pasado por un apropiado proceso de congelación, o bien porque no haya pasado por una correcta descongelación.
Los roedores una vez sacrificados deben ser congelados rápidamente, y si se hace como es habitual en un arcón congelador, se debe encender la función de Superfrost o congelación rápida, más si estamos hablando de ratas, ya que por su volumen pueden pasar horas hasta que llegan a estar bien congeladas en su interior, y eso las bacterias intestinales (y de otras áreas del cuerpo que contaminan post-mortem) lo aprovechan para multiplicarse.
Una vez que la rata está debidamente congelada,el crecimiento bacteriano se detiene, y una parte muy importante de los gérmenes se mueren, pero existen algunos que generan formas de resistencia que estarán dispuestas a activarse y multiplicarse de nuevo cuando el roedor está siendo descongelado, si esta descongelación se produce con temperatura alta y en un tiempo demasiado prolongado.
Por otra parte, determinados gérmenes generan toxinas por su actividad metabólica que son particularmente resistentes, aguantando sin ser destruidas por las temperaturas de congelación, cocción o incluso autoclavado (propio de la industria conservera), de forma tal que aunque esos gérmenes sean eliminados durante la congelación, por ejemplo, sus toxinas resultarán eficaces una vez el alimento sea descongelado, generando una intoxicación al ser consumido que en determinados casos puede ser mortal.
Un caso muy característico de esto último que he comentado son las toxinas generadas por especies del género Clostridium, que por ejemplo pueden provocar la intoxicación denominada botulismo, que es en muchas ocasiones mortal en el ser humano. Otras especies de Clostridium son problemáticas por las formas esporuladas de resistencia que generan, sobreviviendo como he comentado a tratamientos como la congelación o cocción, y que pueden ser "activadas" cuando el alimento es descongelado, generando en muchos casos fermentaciones anaeróbicas (en ausencia de oxígeno) que provocan grandes hinchazones, acúmulo de gases y una fuerte fetidez.
No digo que sea el caso de tu clasto, pero lo que has comentado me recuerda en muchos aspecto a lo que te he planteado, y bien pudiera ser la causa de su muerte.
Los Clostridios pueden ser ingeridos por los animales de abasto (podríamos hacer aquí un simil con nuestros criaderos de roedores) a través de un agua de bebida no correctamente potabilizada, y en ocasiones a través del pienso contaminado, generalmente por haber sido mantenido en condiciones no higiénicas y con un exceso de humedad.
Por último, en el caso de que el pienso se haya humedecido, se podrían desarrollar fácilmente sobre el una variedad de mohos, muchos de los cuales pueden ser así mismo generadores de toxinas (denominadas micotoxinas), las cuales son muy resistentes y podrían provocar serios problemas de intoxicación alimentaria al ser consumidos los animales que hayan sido alimentados con ese pienso deteriorado.
Bueno, no me extiendo más, disculpa el ladrillo, pero espero que al menos te resulte un poco interesante para leer y plantearte algunas posibles explicaciones a esa muerte tan lamentable.
Saludos,