- Autor
- Rodrigo Palacios
En este artículo se va a intentar ofrecer una serie de consejos y de nociones básicas que todo aficionado a los urodelos debería conocer antes de aventurarse en mantener estos fascinantes bichos.
1. Consideraciones a la hora de elegir el animal
El mundo de los urodelos ofrece posibilidades para todos los gustos, con especies totalmente acuáticas, totalmente terrestres o semiacuáticas, así como especies muy fáciles de mantener y otras que requieren experiencia y cuidados especiales.
Es muy importante por ello que el primer paso a la hora de empezar en este mundillo sea elegir una especie adecuada a nuestra situación y posibilidades. Hay varios factores que deben influir en esta decisión:
Terrestres o acuáticos:
La mayoría de especies disponibles son predominantemente o totalmente acuáticas en cautividad. Se tienden a considerar más fáciles, puesto que la alimentación resulta más cómoda en animales acuáticos, debido a que son más activos y suelen aceptar alimentos inertes ya que se guían más por el olfato. Las especies terrestres suelen ser muy inactivas, y dependen principalmente de la vista para cazar, por lo que inicialmente tienden a aceptar alimento vivo exclusivamente (sin embargo, como se discutira más adelante, es posible "entrenarlos" para que acepten otros alimentos).
Por otra parte, se suele considerar más sencillo el mantenimiento de un acuario, ya que con unos cuidados mínimos y las condiciones adecuadas, los productos de desecho no son un problema.
En ambientes terrestres puede ser necesario algo más de mantenimiento y limpieza.
Al final no deja de ser una cuestión de gustos personales.
Origen de los animales:
Existen dos opciones: capturados o nacidos en cautividad.
Los animales que se ofrecen a la venta en tiendas suelen ser capturados. Algunas especies, como las de los géneros Cynops, Hypselotriton, Pachytriton, Paramesotriton o Tylototriton son siempre capturados. Es posible que en la tienda digan que no son capturados, pero podéis estar seguros de que es mentira. La posibilidad es extremadamente remota, y es prácticamente nula si se trata de animales adultos. Una excepción a la norma, serían los ajolotes, puesto que todos, sin excepción, son nacidos en cautividad.
El primer paso tras adquirir un animal capturado, consiste en aplicar una cuarentena. Ésta debe ser de un mínimo de un mes (más tiempo si existen razones para ello), y por lo general se lleva a cabo en terrarios o acuarios simples, donde la limpieza sea extremadamente fácil, así como el acceso a la comida.
Es muy importante ser consciente de cuál es el proceso por el que estos animales llegan a nuestras manos. Tras ser capturados en su lugar de origen, se almacenan en muchos casos por cientos, en condiciones de temperatura y de higiene muy deficientes. Es bastante común que no reciban ningún alimento durante el proceso de importación, que puede llegar a durar un mes. Las condiciones de hacinamiento y los malos cuidados se cobran la vida de muchos animales. Los que sobreviven son animales estresados y debilitados que han sido expuestos a patógenos y parásitos. Por desgracia, la odisea no acaba ahí, ya que las tiendas de animales, una vez los reciben, suelen ofrecer unos cuidados muy deficitarios. Muy rara vez se ofrecen unas condiciones adecuadas que permitan que los animales se recuperen. En su lugar, lo normal es que los problemas vayan a mas y que los animales caigan enfermos o dejen de comer del todo. Los más duros, los que sobreviven para ser comprados por el aficionado, sufren muchísimo estrés, y es muy común que su sistema inmune este totalmente inhibido, por lo que son susceptibles de desarrollar infecciones (especialmente aquellas que destruyen tejidos), sufrir problemas parasitarios, negarse a comer, etc. Es por esto que es absolutamente crucial que cualquier animal importado que sea adquirido por un aficionado, reciba unos cuidados óptimos desde el primer momento. Sólo así los niveles de estrés caerán y el animal podrá recuperarse de todo el proceso. Por desgracia, no suele ser el caso, ya que mucha gente los compra por impulso o como sus primeros urodelos, y muchos mueren al poco de ser adquiridos.
Un problema muy frecuente es la falta de apetito. Los mejores alimentos para animar a un animal que se niega a comer a romper su ayuno son las lombrices y los gusanos de la miel (pocos animales se resisten). Es importante tener paciencia y no desesperarse. Si el animal está en buen estado podrá tolerar incluso varias semanas sin alimento. Otro problema frecuente es que muchos individuos de especies predominantemente acuáticas, pueden pasar a fase terrestre como respuesta al estrés y las malas condiciones.
Su bajo precio y su alta disponibilidad los convierten en el objetivo de muchos aficionados, especialmente aquellos que están empezando. El informarse correctamente y tener todo preparado de antemano es esencial para poder tener éxito.
Los animales nacidos en cautividad suponen otro alternativa totalmente diferente. Adquiriendo animales directamente de un criador nos aseguramos de que son animales acostumbrados a la cautividad y que no han sido arrancados de la naturaleza. Si el criador es competente, los animales estarán sanos y aceptarán una cierta variedad de alimentos. Además, la mayoría de criadores no tendrán ningun problema en ofrecer información y contestar a dudas.
La variedad de especies disponibles hoy en día a través de criadores es bastante amplia. Un aspecto importante de los animales nacidos en cautividad es que, por lo general, se suelen vender cuando son juveniles. Esto se deberá de tener en cuenta, puesto que algunas especies que de adultas resultan muy sencillas de mantener, pueden ser complicadas cuando son juveniles. Una vez más, elegir una especie adecuada a nuestras posibilidades es muy importante a la hora de tener éxito.
Los precios de los animales criados en cautividad suelen ser más altos, aunque esto depende enormemente de la especie en cuestión. Si se tiene paciencia, y se comparan criadores, es posible adquirir muchas especies a precios muy bajos.
Una pega de esta opción, es que si se planea criar los animales en un futuro, adquirir un grupo de un mismo criador supondrá que posiblemente todos los animales estén relacionados entre sí. A la larga, esta endogamia puede dar problemas. Por ello, es recomendable para aquella gente con una expresa intencion de criar en el futuro, el adquirir animales de dos o más fuentes distintas, reduciendo así la consanguineidad. Los urodelos por lo general toleran la endogamia durante varias generaciones sin efectos negativos obvios, pero es algo a tener en cuenta y que debe minimizarse siempre que sea posible. De lo contrario el futuro de las poblaciones en cautividad se verá comprometido.
Especies aptas para principiantes:
Lo más recomendable para empezar son, por lo tanto, animales acuaticos (tanto adultos como juveniles), disponibles de cría en cautividad con cierta facilidad, tolerantes y resistentes y que acepten varios tipos de alimentos sin problemas.
Con estas características existen varias especies:
2. La instalación
Generalidades del mantenimiento del acuario:
El acuario debe estar adecuadamente ciclado, es decir, debe poseer una población bacteriana que procese los desechos nitrogenados producidos por los inquilinos, puesto que de lo contrario la acumulación de estos compuestos tóxicos puede crear graves problemas e incluso la muerte de los animales. Las bacterias, que cubren toda superficie sumergida, procesarán amoniaco transformándolo en nitritos (ambos muy tóxicos), y posteriormente los nitritos en nitratos (levemente tóxico). Los nitratos se acumulan con el tiempo, pero se pueden eliminar mediante cambios parciales de agua, o siendo procesados por plantas. El proceso de ciclado suele tardar aproximadamente un mes en completarse, por lo que antes de adquirir los animales habrá que tener en cuenta la preparación y ciclado del acuario.
Los cambios de agua deben ser de aproximadamente un 20% del volumen total. Cambios mayores, desequilibran los parámetros del agua y pueden causar estrés a los animales asá como afectar o incluso eliminar la colonia bacteriana que tan beneficiosa es. Por regla general, un cambio parcial del 20% una vez a la semana es suficiente para un buen mantenimiento del acuario. Cuanto mayor es el volumen de agua, menor es la frecuencia con la que es necesaria realizar cambios. El agua que se añada al acuario debe estar declorada (y en caso de que el agua de la zona tenga cloraminas, también deberán ser eliminadas con productos adecuados) y a una temperatura adecuada.
El uso de filtracion es adecuado dependiendo de especies. Aquellas especies que habitan en aguas con corriente se beneficiarán de una buena circulación del agua. Sin embargo, las especies de aguas tranquilas pueden estresarse en presencia de corrientes fuertes, por lo que es recomendable evitarlas del todo. La filtración mecánica se puede sustituir adecuadamente con el uso de una cantidad suficiente de plantas. La accion combinada de las bacterias que crecerán en la superficie ofrecida por las plantas, y de las propias plantas que absorberán compuestos nitrogenados y oxigenarán, es suficiente para mantener una buena calidad del agua, y evita el uso de filtros que generan una corriente indeseada y producen calor.
Los urodelos son principalmente nocturnos o crepusculares, y se pueden estresar si están expuestos a demasiada luz. El uso de luces debe ser limitado a luces de poca potencia, preferiblemente que generen poco calor. Además será necesario ofrecer áreas donde los animales se puedan esconder y evitar la luz. Una vez más, el uso de plantas en abundancia tiene el beneficio de filtrar gran parte de luz y ofrecer zonas sombrías donde los animales se puedan esconder.
La temperatura del agua es más facil de controlar que la de un terrario, ya que es mucho más estable. Aun así, puede ser necesario tomar medidas para garantizar unas temperaturas adecuadas, como puede ser el uso de ventiladores, aislamiento térmico, etc. Es muy importante que el acuario nunca reciba sol directo, y que esté situado en una zona fresca de la casa (lo ideal sería un sótano). La temperatura es un factor importantísimo en el mantenimiento de urodelos. La inmensa mayoría de especies aceptan un rango entre los 3-22ºC. Por encima de 22ºC puede haber problemas, ya que sus sistema inmune puede verse afectado, dejando al animal indefenso ante infecciones. Algunas especies son capaces de soportar temperaturas de hasta 30ºC por periodos cortos. Una vez más, es crucial informarse correctamente de las necesidades de cada especie antes de adquirir ningún animal, para saber si las condiciones que podemos ofrecer son adecuadas o no.
El volumen de agua disponible es un factor muy importante. Incluso para especies pequeñas, y un solo animal, el volumen mínimo recomendable es de unos 40l. Un volumen inferior ofrece poca estabilidad térmica, así como de otros parámetros, que pueden cambiar excesivamente rápido, ya que la acumulación de amoniaco, nitritos, cambios de pH, etc, son mas rapidos cuanto menor es el volumen.
Es siempre una buena idea ofrecer el máximo volumen que se pueda. A mayor capacidad, mayor estabilidad, y menor mantenimiento.
En especies territoriales, será de especial importancia ofrecer una superficie total y un volumen superiores a lo normal, así como suficientes barreras visuales.
El sustrato es opcional. Mucha gente prefiere no usar sustratos ya que esto facilita enormemente la alimentación y las tareas de limpieza. En caso de querer usar sustrato, evitar siempre la grava. El peligro de ingestión accidental es algo serio, y por si fuera poco, la grava atrapa grandes cantidades de desechos que pueden desestabilizar los parámetros del agua.
El sustrato ideal es la arena fina de sílice. No supone un riesgo de impactación, ni atrapa restos orgánicos. La única consideración a tener en cuenta, es que la capa de sustrato debería tener una profundidad inferior a los 2,5-3cm, puesto que de lo contrario se pueden formar zonas anaerobias donde ciertos tipos de bacteria producen compuestos altamente tóxicos.
Aunque la mayoría de especies acuáticas tienden a no abandonar nunca el agua bajo las condiciones adecuadas, es muy recomendable proveer a los animales de alguna superficie terrestre, pero es suficiente con algo tan simple como un trozo de corcho de alcornoque flotando libremente en la superficie. Esto permitirá a los animales abandonar el agua por periodos cortos de tiempo. Normalmente, suele haber dos razones básicas por las que una especie predominantemente acuática abandone el agua temporalmente en cautividad, y éstas son la presencia de condiciones inadecuadas (por ejemplo una subida de temperatura o una acumulación de amoniaco/nitritos), o en el caso de las hembras, como intento de escapar ante los incesantes avances de los machos en celo (se pueden poner muy pesados). Excepcionalmente también es posible que algunos individuos gusten de salir del agua por periodos cortos en raras ocasiones, cosa que tiende a ocurrir sobre todo por la noche. Por estas razones, es buena idea ofrecer una pequeña superficie terrestre que les permita tener la opción. Aun así, lo mas común es que bajo unas condiciones adecuadas, los animales nunca abandonen el agua.
Generalidades del mantenimiento del terrario:
La mayoría de especies terrestres habita áreas con suelos orgánicos, por lo que en cautividad los sustratos más usados son el compost, la fibra de coco o una mezcla de ambos. Estos sustratos ofrecen la posibilidad de excavar, que para ciertas especies es muy importante. Además, permiten el crecimiento de una gran variedad de plantas. Es muy importante que el sustrato empleado esté totalmente libre de productos químicos (la mayoría de sustratos orgánicos comerciales llevan químicos).
El grado de humedad del sustrato debe ser moderado. Nunca se debe permitir que se encharque, pero tampoco que se seque por completo. El punto ideal es aquel en el que la tierra está húmeda, pero si se aprieta con las manos no sale agua. Es recomendable acompañar los sustratos orgánicos de una capa de hojarasca o musgo por encima, que ayudará a mantener la humedad y evitará que los animales ingieran sustrato accidentalmente.
También existe la posibilidad de usar sustratos inertes para ciertas especies, que pueden ir desde la arlita a las servilletas de papel (sin tintas). La ventaja de estos sustratos es su fácil limpieza. La desventaja principal es que la acumulación de amoniaco suele ser muy rápida, especialmente en el papel. En caso de usar papel, este deberá cambiarse frecuentemente, y será muy importante proporcionar una buena ventilación. Este tipo de sustratos suelen ser recomendables para los juveniles de algunas especies y para los periodos de cuarentena.
El control de la temperatura en terrarios puede ser complicado. Deberían situarse siempre en zonas que sufran pocos cambios de temperatura y cuanto más frescos, mejor. El uso de ventiladores no funciona en este caso. El aislamiento térmico puede ser una buena solución.
Algunas especies son capaces de tolerar temperaturas más altas cuando están en fase terrestre. Para ello es importante que los animales se puedan enterrar a una buena profundidad. Allí permaneceran en un estado de estivación donde apenas se moverán o comerán.
La alimentación en el terrario puede ser libre o individual a través de pinzas. En el caso de dejar que los animales cacen por sí mismos, la comida deberá ser abundante.
Será necesario proveer a los animales de zonas donde poder esconderse, como trozos de corcho amontonados, maderas, medios cocos, etc. Lo ideal es ofrecer varios escondites en varios puntos del terrario, ofreciendo un gradiente de humedad para que los animales puedan elegir.
Las heces que sean visibles a simple vista, deberán ser retiradas periódicamente.
Dependiendo del tipo de sustrato, el uso o la falta de plantas, la densidad de animales, el mantenimiento y limpieza, etc, será necesario cambiar el sustrato con mayor o menor frecuencia. Se suele recomendar un cambio anual, o cada 6 meses.
Generalidades del mantenimiento del acuaterrario:
La inmensa mayoría de especies disponibles en el mercado son totalmente acuáticas en cautividad, o totalmente terrestres (excepto en algunos casos durante la época de reproduccion). Sin embargo, existen algunas especies que tienen hábitos anfibios durante todo el año, para los cuales un acuaterrario es más adecuado. También es posible mantener juveniles de ciertas especies en condiciones semiacuáticas.
El problema más importante de un acuaterrario es que implica dividir el espacio disponible en parte acuática y parte terrestre, lo cual, dependiendo de las dimensiones del acuario, puede significar una reducción importante de la seccion acuatica, limitándola a un volumen inferior a los ya mencionados 40l, y por lo tanto ofreciendo muy poca estabilidad y requiriendo más mantenimiento.
En instalaciones con un volumen de agua muy reducido es importante mantener unas condiciones de limpieza más estrictas, eliminando heces y restos de comida. Es muy recomendable disponer de una variedad (y cantidad) de plantas cuyas raíces estén en contacto con el agua, que filtren y procesen buena parte de los desechos orgánicos.
En instalaciones de gran tamaño, no existe problema ya que se podrá destinar suficiente espacio y volumen a cada sección.
Existe cierta diferencia entre el concepto general de acuaterrario y el de instalación semiacuática, aunque ralmente vengan a ser sinónimas. Por acuaterrario se suele entender que la parte terrestre está bien delimitada, preferiblemente aislada y que contiene un sustrato orgánico, mientras que una instalacion semiacuática se puede reducir simplemente a estructuras que rompan la superficie del agua, ofreciendo así zonas “terrestres”. Éstas pueden ser troncos, piedras, ladrillos, etc, pero no requieren el uso de sustrato orgánico.
3. La alimentación
La alimentación en el acuario suele presentar más opciones. El alimento perfecto son las lombrices, ya que son nutricionalmente completas y ricas en calcio. Otros tipos de alimentos frecuentemente usados para especies acuáticas son las larvas de mosquito congeladas, la Daphnia y otros crustáceos de agua dulce (gammáridos, anostráceos...), Tubifex, enquitreidos, e incluso piensos especiales para urodelos. También es posible usar otros alimentos si se ofrecen con pinzas (grillos, gusanos de la miel, cochinillas...).
Los alimentos para animales terrestres más típicos son las lombrices, los grillos, las moscas de la fruta, las cochinillas de la humedad (isópodos), los colémbolos, asticot (con cuidado), babosas, enquitreidos, etc. Algunos de estos alimentos, como las cochinillas y los colémbolos, pueden dejarse libres en el terrario, donde incluso criarán y ayudarán al mantenimiento del terrario.
Es también posible acostumbrar a los animales a aceptar alimentos congelados, si se ofrecen con pinzas o sobre una servilleta de papel.
4. Problemas más comunes
El problema más dramático y complicado, y por desgracia de los más frecuentes, son las infecciones. Son especialmente comunes las infecciones cutáneas que producen úlceras y destruyen tejidos. A medida que la infección avanza, puede literalmente deshacer y destruir extremidades enteras, la cola e incluso áreas del tronco o la cabeza. Este tipo de infecciones son difíciles de tratar, aunque si se cogen a tiempo, el uso de antibióticos especificos (consultar veterinario) y tratamientos como los baños de sal (sin yodo), acompañados de unas buenas condiciones (frescas) y la minimización del estrés, pueden dar resultado. Las partes destruidas podrán ser regeneradas una vez el sistema inmune tome control de la situación.
Este tipo de infección es especialmente común en animales importados, debido a que su sistema inmune suele estar destrozado, pero puede aparecer en cualquier animal si las condiciones son muy inadecuadas. Las temperaturas altas son especialmente peligrosas por el efecto que tienen sobre el sistema inmune de los urodelos.
Existen otros tipos de infecciones cutáneas, pero tiendan a tener efectos y tratamientos similares.
La falta de apetito es perfectamente normal en cualquier animal recién adquirido, y será más acentuada cuanto mayor estrés haya sufrido el animal. Las características del individuo y el alimento ofrecido afectarán al tiempo que el animal pasará sin comer (pueden comer a los 10 min de llegar a su nuevo hogar, tardar un par de semanas o negarse a comer del todo en los peores casos). Como ya se ha dicho, los alimentos más adecuados para animar a cualquier urodelo a comer, son las lombrices y los gusanos de la miel.
En los casos más extremos, el ayuno se puede prolongar, causando una pérdida de peso importante e incluso la muerte. Algunos animales sencillamente se niegan a comer hasta que sucumben. Una vez más, este tipo de suceso ocurre principalmente en animales importados en malas condiciones, aunque puede haber otras causas como desórdenes metabólicos/genéticos, exceso de carga parasitaria, cáncer y otras afecciones, etc.
Es importante no insistir demasiado en que un animal coma, ya que esto sólo generará estrés, prolongando el ayuno. Ofrecer alimento una o dos veces al día, especialmente al atardecer, es suficiente.
Es muy importante tener una tapa 100% a prueba de fugas. Muchos urodelos son auténticos maestros del escape, y pueden meterse por huecos que aparentemente son demasiado pequeños. No hay que permitir ninguna clase de posibilidad de fuga. Los juveniles y las especies de pequeño tamaño son mucho más propensas a escapar. La tapa deberá ofrecer, además, una buena ventilación. El exceso de humedad y el aire "embotado" pueden provocar problemas cutáneos y la proliferación de hongos y mohos. En caso de escape, y de que el animal sea encontrado con vida, se deberá mantener al animal en un recipiente con papel de cocina húmedo (sin tintas) para que se rehidrate de forma gradual.
Algunas especies son agresivas y territoriales. Ofrecer suficiente espacio y abundancia de barreras visuales y refugios es de gran importancia. En caso de incompatibilidad entre los individuos se deberán separar cuanto antes.
1. Consideraciones a la hora de elegir el animal
El mundo de los urodelos ofrece posibilidades para todos los gustos, con especies totalmente acuáticas, totalmente terrestres o semiacuáticas, así como especies muy fáciles de mantener y otras que requieren experiencia y cuidados especiales.
Es muy importante por ello que el primer paso a la hora de empezar en este mundillo sea elegir una especie adecuada a nuestra situación y posibilidades. Hay varios factores que deben influir en esta decisión:
Terrestres o acuáticos:
La mayoría de especies disponibles son predominantemente o totalmente acuáticas en cautividad. Se tienden a considerar más fáciles, puesto que la alimentación resulta más cómoda en animales acuáticos, debido a que son más activos y suelen aceptar alimentos inertes ya que se guían más por el olfato. Las especies terrestres suelen ser muy inactivas, y dependen principalmente de la vista para cazar, por lo que inicialmente tienden a aceptar alimento vivo exclusivamente (sin embargo, como se discutira más adelante, es posible "entrenarlos" para que acepten otros alimentos).
Por otra parte, se suele considerar más sencillo el mantenimiento de un acuario, ya que con unos cuidados mínimos y las condiciones adecuadas, los productos de desecho no son un problema.
En ambientes terrestres puede ser necesario algo más de mantenimiento y limpieza.
Al final no deja de ser una cuestión de gustos personales.
Origen de los animales:
Existen dos opciones: capturados o nacidos en cautividad.
Los animales que se ofrecen a la venta en tiendas suelen ser capturados. Algunas especies, como las de los géneros Cynops, Hypselotriton, Pachytriton, Paramesotriton o Tylototriton son siempre capturados. Es posible que en la tienda digan que no son capturados, pero podéis estar seguros de que es mentira. La posibilidad es extremadamente remota, y es prácticamente nula si se trata de animales adultos. Una excepción a la norma, serían los ajolotes, puesto que todos, sin excepción, son nacidos en cautividad.
El primer paso tras adquirir un animal capturado, consiste en aplicar una cuarentena. Ésta debe ser de un mínimo de un mes (más tiempo si existen razones para ello), y por lo general se lleva a cabo en terrarios o acuarios simples, donde la limpieza sea extremadamente fácil, así como el acceso a la comida.
Es muy importante ser consciente de cuál es el proceso por el que estos animales llegan a nuestras manos. Tras ser capturados en su lugar de origen, se almacenan en muchos casos por cientos, en condiciones de temperatura y de higiene muy deficientes. Es bastante común que no reciban ningún alimento durante el proceso de importación, que puede llegar a durar un mes. Las condiciones de hacinamiento y los malos cuidados se cobran la vida de muchos animales. Los que sobreviven son animales estresados y debilitados que han sido expuestos a patógenos y parásitos. Por desgracia, la odisea no acaba ahí, ya que las tiendas de animales, una vez los reciben, suelen ofrecer unos cuidados muy deficitarios. Muy rara vez se ofrecen unas condiciones adecuadas que permitan que los animales se recuperen. En su lugar, lo normal es que los problemas vayan a mas y que los animales caigan enfermos o dejen de comer del todo. Los más duros, los que sobreviven para ser comprados por el aficionado, sufren muchísimo estrés, y es muy común que su sistema inmune este totalmente inhibido, por lo que son susceptibles de desarrollar infecciones (especialmente aquellas que destruyen tejidos), sufrir problemas parasitarios, negarse a comer, etc. Es por esto que es absolutamente crucial que cualquier animal importado que sea adquirido por un aficionado, reciba unos cuidados óptimos desde el primer momento. Sólo así los niveles de estrés caerán y el animal podrá recuperarse de todo el proceso. Por desgracia, no suele ser el caso, ya que mucha gente los compra por impulso o como sus primeros urodelos, y muchos mueren al poco de ser adquiridos.
Un problema muy frecuente es la falta de apetito. Los mejores alimentos para animar a un animal que se niega a comer a romper su ayuno son las lombrices y los gusanos de la miel (pocos animales se resisten). Es importante tener paciencia y no desesperarse. Si el animal está en buen estado podrá tolerar incluso varias semanas sin alimento. Otro problema frecuente es que muchos individuos de especies predominantemente acuáticas, pueden pasar a fase terrestre como respuesta al estrés y las malas condiciones.
Su bajo precio y su alta disponibilidad los convierten en el objetivo de muchos aficionados, especialmente aquellos que están empezando. El informarse correctamente y tener todo preparado de antemano es esencial para poder tener éxito.
Los animales nacidos en cautividad suponen otro alternativa totalmente diferente. Adquiriendo animales directamente de un criador nos aseguramos de que son animales acostumbrados a la cautividad y que no han sido arrancados de la naturaleza. Si el criador es competente, los animales estarán sanos y aceptarán una cierta variedad de alimentos. Además, la mayoría de criadores no tendrán ningun problema en ofrecer información y contestar a dudas.
La variedad de especies disponibles hoy en día a través de criadores es bastante amplia. Un aspecto importante de los animales nacidos en cautividad es que, por lo general, se suelen vender cuando son juveniles. Esto se deberá de tener en cuenta, puesto que algunas especies que de adultas resultan muy sencillas de mantener, pueden ser complicadas cuando son juveniles. Una vez más, elegir una especie adecuada a nuestras posibilidades es muy importante a la hora de tener éxito.
Los precios de los animales criados en cautividad suelen ser más altos, aunque esto depende enormemente de la especie en cuestión. Si se tiene paciencia, y se comparan criadores, es posible adquirir muchas especies a precios muy bajos.
Una pega de esta opción, es que si se planea criar los animales en un futuro, adquirir un grupo de un mismo criador supondrá que posiblemente todos los animales estén relacionados entre sí. A la larga, esta endogamia puede dar problemas. Por ello, es recomendable para aquella gente con una expresa intencion de criar en el futuro, el adquirir animales de dos o más fuentes distintas, reduciendo así la consanguineidad. Los urodelos por lo general toleran la endogamia durante varias generaciones sin efectos negativos obvios, pero es algo a tener en cuenta y que debe minimizarse siempre que sea posible. De lo contrario el futuro de las poblaciones en cautividad se verá comprometido.
Especies aptas para principiantes:
Lo más recomendable para empezar son, por lo tanto, animales acuaticos (tanto adultos como juveniles), disponibles de cría en cautividad con cierta facilidad, tolerantes y resistentes y que acepten varios tipos de alimentos sin problemas.
Con estas características existen varias especies:
- Triturus dobrogicus (14-18 cm)
- Triturus cristatus (14-18 cm)
- Triturus carnifex (14-18 cm)
- Triturus karelinii (14-18 cm)
- Tylototriton verrucosus (15-24 cm, dependiendo de variedades)
- Ambystoma mexicanum (20-30 cm, excepcionalmente hasta 40)
- Pleurodeles waltl (15-30 cm;especie autóctona cuya tenencia sólo es legal en algunas comunidades autónomas si se puede demostrar su procedencia de cría en cautividad)
- Hypselotriton cyanurus (7-10 cm)
2. La instalación
Generalidades del mantenimiento del acuario:
El acuario debe estar adecuadamente ciclado, es decir, debe poseer una población bacteriana que procese los desechos nitrogenados producidos por los inquilinos, puesto que de lo contrario la acumulación de estos compuestos tóxicos puede crear graves problemas e incluso la muerte de los animales. Las bacterias, que cubren toda superficie sumergida, procesarán amoniaco transformándolo en nitritos (ambos muy tóxicos), y posteriormente los nitritos en nitratos (levemente tóxico). Los nitratos se acumulan con el tiempo, pero se pueden eliminar mediante cambios parciales de agua, o siendo procesados por plantas. El proceso de ciclado suele tardar aproximadamente un mes en completarse, por lo que antes de adquirir los animales habrá que tener en cuenta la preparación y ciclado del acuario.
Los cambios de agua deben ser de aproximadamente un 20% del volumen total. Cambios mayores, desequilibran los parámetros del agua y pueden causar estrés a los animales asá como afectar o incluso eliminar la colonia bacteriana que tan beneficiosa es. Por regla general, un cambio parcial del 20% una vez a la semana es suficiente para un buen mantenimiento del acuario. Cuanto mayor es el volumen de agua, menor es la frecuencia con la que es necesaria realizar cambios. El agua que se añada al acuario debe estar declorada (y en caso de que el agua de la zona tenga cloraminas, también deberán ser eliminadas con productos adecuados) y a una temperatura adecuada.
El uso de filtracion es adecuado dependiendo de especies. Aquellas especies que habitan en aguas con corriente se beneficiarán de una buena circulación del agua. Sin embargo, las especies de aguas tranquilas pueden estresarse en presencia de corrientes fuertes, por lo que es recomendable evitarlas del todo. La filtración mecánica se puede sustituir adecuadamente con el uso de una cantidad suficiente de plantas. La accion combinada de las bacterias que crecerán en la superficie ofrecida por las plantas, y de las propias plantas que absorberán compuestos nitrogenados y oxigenarán, es suficiente para mantener una buena calidad del agua, y evita el uso de filtros que generan una corriente indeseada y producen calor.
Los urodelos son principalmente nocturnos o crepusculares, y se pueden estresar si están expuestos a demasiada luz. El uso de luces debe ser limitado a luces de poca potencia, preferiblemente que generen poco calor. Además será necesario ofrecer áreas donde los animales se puedan esconder y evitar la luz. Una vez más, el uso de plantas en abundancia tiene el beneficio de filtrar gran parte de luz y ofrecer zonas sombrías donde los animales se puedan esconder.
La temperatura del agua es más facil de controlar que la de un terrario, ya que es mucho más estable. Aun así, puede ser necesario tomar medidas para garantizar unas temperaturas adecuadas, como puede ser el uso de ventiladores, aislamiento térmico, etc. Es muy importante que el acuario nunca reciba sol directo, y que esté situado en una zona fresca de la casa (lo ideal sería un sótano). La temperatura es un factor importantísimo en el mantenimiento de urodelos. La inmensa mayoría de especies aceptan un rango entre los 3-22ºC. Por encima de 22ºC puede haber problemas, ya que sus sistema inmune puede verse afectado, dejando al animal indefenso ante infecciones. Algunas especies son capaces de soportar temperaturas de hasta 30ºC por periodos cortos. Una vez más, es crucial informarse correctamente de las necesidades de cada especie antes de adquirir ningún animal, para saber si las condiciones que podemos ofrecer son adecuadas o no.
El volumen de agua disponible es un factor muy importante. Incluso para especies pequeñas, y un solo animal, el volumen mínimo recomendable es de unos 40l. Un volumen inferior ofrece poca estabilidad térmica, así como de otros parámetros, que pueden cambiar excesivamente rápido, ya que la acumulación de amoniaco, nitritos, cambios de pH, etc, son mas rapidos cuanto menor es el volumen.
Es siempre una buena idea ofrecer el máximo volumen que se pueda. A mayor capacidad, mayor estabilidad, y menor mantenimiento.
En especies territoriales, será de especial importancia ofrecer una superficie total y un volumen superiores a lo normal, así como suficientes barreras visuales.
El sustrato es opcional. Mucha gente prefiere no usar sustratos ya que esto facilita enormemente la alimentación y las tareas de limpieza. En caso de querer usar sustrato, evitar siempre la grava. El peligro de ingestión accidental es algo serio, y por si fuera poco, la grava atrapa grandes cantidades de desechos que pueden desestabilizar los parámetros del agua.
El sustrato ideal es la arena fina de sílice. No supone un riesgo de impactación, ni atrapa restos orgánicos. La única consideración a tener en cuenta, es que la capa de sustrato debería tener una profundidad inferior a los 2,5-3cm, puesto que de lo contrario se pueden formar zonas anaerobias donde ciertos tipos de bacteria producen compuestos altamente tóxicos.
Aunque la mayoría de especies acuáticas tienden a no abandonar nunca el agua bajo las condiciones adecuadas, es muy recomendable proveer a los animales de alguna superficie terrestre, pero es suficiente con algo tan simple como un trozo de corcho de alcornoque flotando libremente en la superficie. Esto permitirá a los animales abandonar el agua por periodos cortos de tiempo. Normalmente, suele haber dos razones básicas por las que una especie predominantemente acuática abandone el agua temporalmente en cautividad, y éstas son la presencia de condiciones inadecuadas (por ejemplo una subida de temperatura o una acumulación de amoniaco/nitritos), o en el caso de las hembras, como intento de escapar ante los incesantes avances de los machos en celo (se pueden poner muy pesados). Excepcionalmente también es posible que algunos individuos gusten de salir del agua por periodos cortos en raras ocasiones, cosa que tiende a ocurrir sobre todo por la noche. Por estas razones, es buena idea ofrecer una pequeña superficie terrestre que les permita tener la opción. Aun así, lo mas común es que bajo unas condiciones adecuadas, los animales nunca abandonen el agua.
Generalidades del mantenimiento del terrario:
La mayoría de especies terrestres habita áreas con suelos orgánicos, por lo que en cautividad los sustratos más usados son el compost, la fibra de coco o una mezcla de ambos. Estos sustratos ofrecen la posibilidad de excavar, que para ciertas especies es muy importante. Además, permiten el crecimiento de una gran variedad de plantas. Es muy importante que el sustrato empleado esté totalmente libre de productos químicos (la mayoría de sustratos orgánicos comerciales llevan químicos).
El grado de humedad del sustrato debe ser moderado. Nunca se debe permitir que se encharque, pero tampoco que se seque por completo. El punto ideal es aquel en el que la tierra está húmeda, pero si se aprieta con las manos no sale agua. Es recomendable acompañar los sustratos orgánicos de una capa de hojarasca o musgo por encima, que ayudará a mantener la humedad y evitará que los animales ingieran sustrato accidentalmente.
También existe la posibilidad de usar sustratos inertes para ciertas especies, que pueden ir desde la arlita a las servilletas de papel (sin tintas). La ventaja de estos sustratos es su fácil limpieza. La desventaja principal es que la acumulación de amoniaco suele ser muy rápida, especialmente en el papel. En caso de usar papel, este deberá cambiarse frecuentemente, y será muy importante proporcionar una buena ventilación. Este tipo de sustratos suelen ser recomendables para los juveniles de algunas especies y para los periodos de cuarentena.
El control de la temperatura en terrarios puede ser complicado. Deberían situarse siempre en zonas que sufran pocos cambios de temperatura y cuanto más frescos, mejor. El uso de ventiladores no funciona en este caso. El aislamiento térmico puede ser una buena solución.
Algunas especies son capaces de tolerar temperaturas más altas cuando están en fase terrestre. Para ello es importante que los animales se puedan enterrar a una buena profundidad. Allí permaneceran en un estado de estivación donde apenas se moverán o comerán.
La alimentación en el terrario puede ser libre o individual a través de pinzas. En el caso de dejar que los animales cacen por sí mismos, la comida deberá ser abundante.
Será necesario proveer a los animales de zonas donde poder esconderse, como trozos de corcho amontonados, maderas, medios cocos, etc. Lo ideal es ofrecer varios escondites en varios puntos del terrario, ofreciendo un gradiente de humedad para que los animales puedan elegir.
Las heces que sean visibles a simple vista, deberán ser retiradas periódicamente.
Dependiendo del tipo de sustrato, el uso o la falta de plantas, la densidad de animales, el mantenimiento y limpieza, etc, será necesario cambiar el sustrato con mayor o menor frecuencia. Se suele recomendar un cambio anual, o cada 6 meses.
Generalidades del mantenimiento del acuaterrario:
La inmensa mayoría de especies disponibles en el mercado son totalmente acuáticas en cautividad, o totalmente terrestres (excepto en algunos casos durante la época de reproduccion). Sin embargo, existen algunas especies que tienen hábitos anfibios durante todo el año, para los cuales un acuaterrario es más adecuado. También es posible mantener juveniles de ciertas especies en condiciones semiacuáticas.
El problema más importante de un acuaterrario es que implica dividir el espacio disponible en parte acuática y parte terrestre, lo cual, dependiendo de las dimensiones del acuario, puede significar una reducción importante de la seccion acuatica, limitándola a un volumen inferior a los ya mencionados 40l, y por lo tanto ofreciendo muy poca estabilidad y requiriendo más mantenimiento.
En instalaciones con un volumen de agua muy reducido es importante mantener unas condiciones de limpieza más estrictas, eliminando heces y restos de comida. Es muy recomendable disponer de una variedad (y cantidad) de plantas cuyas raíces estén en contacto con el agua, que filtren y procesen buena parte de los desechos orgánicos.
En instalaciones de gran tamaño, no existe problema ya que se podrá destinar suficiente espacio y volumen a cada sección.
Existe cierta diferencia entre el concepto general de acuaterrario y el de instalación semiacuática, aunque ralmente vengan a ser sinónimas. Por acuaterrario se suele entender que la parte terrestre está bien delimitada, preferiblemente aislada y que contiene un sustrato orgánico, mientras que una instalacion semiacuática se puede reducir simplemente a estructuras que rompan la superficie del agua, ofreciendo así zonas “terrestres”. Éstas pueden ser troncos, piedras, ladrillos, etc, pero no requieren el uso de sustrato orgánico.
3. La alimentación
La alimentación en el acuario suele presentar más opciones. El alimento perfecto son las lombrices, ya que son nutricionalmente completas y ricas en calcio. Otros tipos de alimentos frecuentemente usados para especies acuáticas son las larvas de mosquito congeladas, la Daphnia y otros crustáceos de agua dulce (gammáridos, anostráceos...), Tubifex, enquitreidos, e incluso piensos especiales para urodelos. También es posible usar otros alimentos si se ofrecen con pinzas (grillos, gusanos de la miel, cochinillas...).
Los alimentos para animales terrestres más típicos son las lombrices, los grillos, las moscas de la fruta, las cochinillas de la humedad (isópodos), los colémbolos, asticot (con cuidado), babosas, enquitreidos, etc. Algunos de estos alimentos, como las cochinillas y los colémbolos, pueden dejarse libres en el terrario, donde incluso criarán y ayudarán al mantenimiento del terrario.
Es también posible acostumbrar a los animales a aceptar alimentos congelados, si se ofrecen con pinzas o sobre una servilleta de papel.
4. Problemas más comunes
El problema más dramático y complicado, y por desgracia de los más frecuentes, son las infecciones. Son especialmente comunes las infecciones cutáneas que producen úlceras y destruyen tejidos. A medida que la infección avanza, puede literalmente deshacer y destruir extremidades enteras, la cola e incluso áreas del tronco o la cabeza. Este tipo de infecciones son difíciles de tratar, aunque si se cogen a tiempo, el uso de antibióticos especificos (consultar veterinario) y tratamientos como los baños de sal (sin yodo), acompañados de unas buenas condiciones (frescas) y la minimización del estrés, pueden dar resultado. Las partes destruidas podrán ser regeneradas una vez el sistema inmune tome control de la situación.
Este tipo de infección es especialmente común en animales importados, debido a que su sistema inmune suele estar destrozado, pero puede aparecer en cualquier animal si las condiciones son muy inadecuadas. Las temperaturas altas son especialmente peligrosas por el efecto que tienen sobre el sistema inmune de los urodelos.
Existen otros tipos de infecciones cutáneas, pero tiendan a tener efectos y tratamientos similares.
La falta de apetito es perfectamente normal en cualquier animal recién adquirido, y será más acentuada cuanto mayor estrés haya sufrido el animal. Las características del individuo y el alimento ofrecido afectarán al tiempo que el animal pasará sin comer (pueden comer a los 10 min de llegar a su nuevo hogar, tardar un par de semanas o negarse a comer del todo en los peores casos). Como ya se ha dicho, los alimentos más adecuados para animar a cualquier urodelo a comer, son las lombrices y los gusanos de la miel.
En los casos más extremos, el ayuno se puede prolongar, causando una pérdida de peso importante e incluso la muerte. Algunos animales sencillamente se niegan a comer hasta que sucumben. Una vez más, este tipo de suceso ocurre principalmente en animales importados en malas condiciones, aunque puede haber otras causas como desórdenes metabólicos/genéticos, exceso de carga parasitaria, cáncer y otras afecciones, etc.
Es importante no insistir demasiado en que un animal coma, ya que esto sólo generará estrés, prolongando el ayuno. Ofrecer alimento una o dos veces al día, especialmente al atardecer, es suficiente.
Es muy importante tener una tapa 100% a prueba de fugas. Muchos urodelos son auténticos maestros del escape, y pueden meterse por huecos que aparentemente son demasiado pequeños. No hay que permitir ninguna clase de posibilidad de fuga. Los juveniles y las especies de pequeño tamaño son mucho más propensas a escapar. La tapa deberá ofrecer, además, una buena ventilación. El exceso de humedad y el aire "embotado" pueden provocar problemas cutáneos y la proliferación de hongos y mohos. En caso de escape, y de que el animal sea encontrado con vida, se deberá mantener al animal en un recipiente con papel de cocina húmedo (sin tintas) para que se rehidrate de forma gradual.
Algunas especies son agresivas y territoriales. Ofrecer suficiente espacio y abundancia de barreras visuales y refugios es de gran importancia. En caso de incompatibilidad entre los individuos se deberán separar cuanto antes.