- Autor
- Miguel A. Guerrero y Santiago Sánchez
Introducción
Para todas aquellas personas interesadas en el mantenimiento en cautividad de grandes tarántulas tropicales, determinar el sexo de sus propios ejemplares es un requisito casi indispensable si se pretende organizar grupos de individuos para intentar la reproducción. Las particularidades biológicas de los Theraphosidae hacen que la reproducción en cautividad de los mismos se complique si no estamos seguros del sexo de los ejemplares que mantenemos.
El principal problema lo constituyen los machos. Una vez realizada la última muda no viven más de uno o dos meses y si viven más tiempo, su fertilidad se ve seriamente mermada. Las hembras al contrario, poseen un periodo reproductivo mucho más prolongado, incluso de decenios. En la naturaleza siempre hay un continuo suministro de machos, que buscan y fertilizan a las hembras receptivas que encuentran en su camino, pero en cautividad, la coordinación de este suceso ocurre en pocas ocasiones. El crecimiento de los machos es mucho más rápido que las hembras, y normalmente hacen su última muda antes de que la hembra sea adulta, por otro lado no siempre se tiene la oportunidad de mantener un numero elevado de ejemplares que aumentarían las posibilidades de creación de parejas y por consiguiente las posibilidades de reproducción.
Los criadores experimentados, capaces de sexar fácilmente a sus ejemplares incluso con menos de un centímetro, seleccionan las parejas reproductoras desde un principio y mantiene a los machos en condiciones distintas a las de las hembras. Los machos se alimentan con menor regularidad y se mantienen a menor temperatura que las hembras, del orden de cinco a siete grados menos. Por el contrario, las hembras se mantienen a una mayor temperatura y se les ofrece mayor cantidad de alimento con mayor regularidad. De esta forma el crecimiento de los machos es mucho más lento que el de las hembras, y esta característica hace que las posibilidades de formar una pareja sean mucho mayores. En definitiva, determinar el sexo de nuestras arañas en un fase temprana de su desarrollo nos aporta numerosas ventajas entre las que podemos citar:
Metodos de sexado
Tamaño y forma
Intentar determinar el sexo de una tarántula por su tamaño y forma, durante los estadios inmaturos, puede llevar a numerosos errores, sobre todo si los ejemplares son muy pequeños. Esta técnica se basa en la distinción de tamaños y forma entre sexos. En la mayoría de las especies los machos son más esbeltos y estilizados que las hembras cuando son adultos, podemos servirnos de esta característica para determinar el sexo en ejemplares grandes, próximos a su madurez sexual. Aunque esta técnica es la más empleada por los aficionados noveles, siempre podemos llevarnos sorpresas debido a la poca eficiencia de la misma.
Abultamiento de los palpos
El los machos subadultos, próximos a realizar su última muda, a menudo sucede que el primer segmento de los palpos, se abulta de forma perceptible debido al crecimiento debajo de la cutícula de los bulbos o émbolos copuladores. Estos apéndices aparecen en la última muda y son característicos de los machos adultos. En estos órganos, los machos almacenan el esperma y son utilizados para fecundar a la hembra. Como es obvio, esta técnica solo resulta útil en el caso de ejemplares subadultos y tampoco resulta demasiado fiable.
Forma de los quelíceros
Otra técnica para intentar determinar el sexo de nuestras arañas es mediante la forma y el tamaño relativo de los quelíceros. Los quelíceros de las hembras son más largos, robustos y afilados que los de los machos. Los quelíceros de los machos son más delgados y romos. En las hembras tienden a ser más bulbosos e irregulares, los de los machos son esbeltos y uniformes. Para determinar el sexo de esta forma se necesita tener cierta experiencia, y haber comparado la forma y el tamaño de los quelíceros en ejemplares ya adultos. Se han obtenido buenos resultados en Aphonopelma y Brachipelma.
Presencia de glándulas epiándricas
Una técnica bastante más fiable que las anteriores es determinar el sexo de nuestras tarántulas por la presencia/ ausencia de un conjunto de órganos productores de seda cercanos a la abertura genital. Estos órganos se denominan glándulas epiándricas y solo están presentes en los machos. Estos órganos productores de seda se abren paso al exterior mediante unas pequeñas hileras denominadas fúsulas. Estas hileras están acompañadas por un característico grupo de setas en forma de media luna. La función de este órgano es la de tejer la tela que necesita el macho para transferir el esperma desde la abertura genital hasta los bulbos copuladores. Este método resulta recomendable para ciertas especies, se puede utilizar con bastante éxito en especies pertenecientes a la subfamilia Theraphosinae donde se puede observar con facilidad la zona con forma de media luna. Especies arborícolas como Poecilotheria o Avicularia, no son demasiado aptas para sexar por este método. Se debe tener cuidado a la hora de examinar y manipular a la araña, para especies de arañas agresivas y potencialmente peligrosas para el hombre se recomienda utilizar otros medios de sexado.
Examen de las mudas
Esta técnica presenta numerosas ventajas respecto a las demás:
Para todas aquellas personas interesadas en el mantenimiento en cautividad de grandes tarántulas tropicales, determinar el sexo de sus propios ejemplares es un requisito casi indispensable si se pretende organizar grupos de individuos para intentar la reproducción. Las particularidades biológicas de los Theraphosidae hacen que la reproducción en cautividad de los mismos se complique si no estamos seguros del sexo de los ejemplares que mantenemos.
El principal problema lo constituyen los machos. Una vez realizada la última muda no viven más de uno o dos meses y si viven más tiempo, su fertilidad se ve seriamente mermada. Las hembras al contrario, poseen un periodo reproductivo mucho más prolongado, incluso de decenios. En la naturaleza siempre hay un continuo suministro de machos, que buscan y fertilizan a las hembras receptivas que encuentran en su camino, pero en cautividad, la coordinación de este suceso ocurre en pocas ocasiones. El crecimiento de los machos es mucho más rápido que las hembras, y normalmente hacen su última muda antes de que la hembra sea adulta, por otro lado no siempre se tiene la oportunidad de mantener un numero elevado de ejemplares que aumentarían las posibilidades de creación de parejas y por consiguiente las posibilidades de reproducción.
Los criadores experimentados, capaces de sexar fácilmente a sus ejemplares incluso con menos de un centímetro, seleccionan las parejas reproductoras desde un principio y mantiene a los machos en condiciones distintas a las de las hembras. Los machos se alimentan con menor regularidad y se mantienen a menor temperatura que las hembras, del orden de cinco a siete grados menos. Por el contrario, las hembras se mantienen a una mayor temperatura y se les ofrece mayor cantidad de alimento con mayor regularidad. De esta forma el crecimiento de los machos es mucho más lento que el de las hembras, y esta característica hace que las posibilidades de formar una pareja sean mucho mayores. En definitiva, determinar el sexo de nuestras arañas en un fase temprana de su desarrollo nos aporta numerosas ventajas entre las que podemos citar:
- La búsqueda y selección de parejas en una fase temprana de su ciclo vital con vistas a la reproducción, teniendo la seguridad de obtener siempre parejas. Si estamos seguros de que al menos poseemos una pareja de una determinada especie, podemos coordinar el desarrollo "a bajo gas" del macho para que realice su última muda y se encuentre con una hembra ya adulta.
- La selección de hembras cuando nuestro único deseo es mantener disfrutar de una gran tarántula durante muchos años. Hay muchas personas que simplemente les interesa mantener en cautividad y disfrutar de determinadas especies de tarántulas y no se plantean la reproducción en cautividad de las mismas.
Metodos de sexado
Tamaño y forma
Intentar determinar el sexo de una tarántula por su tamaño y forma, durante los estadios inmaturos, puede llevar a numerosos errores, sobre todo si los ejemplares son muy pequeños. Esta técnica se basa en la distinción de tamaños y forma entre sexos. En la mayoría de las especies los machos son más esbeltos y estilizados que las hembras cuando son adultos, podemos servirnos de esta característica para determinar el sexo en ejemplares grandes, próximos a su madurez sexual. Aunque esta técnica es la más empleada por los aficionados noveles, siempre podemos llevarnos sorpresas debido a la poca eficiencia de la misma.
Abultamiento de los palpos
El los machos subadultos, próximos a realizar su última muda, a menudo sucede que el primer segmento de los palpos, se abulta de forma perceptible debido al crecimiento debajo de la cutícula de los bulbos o émbolos copuladores. Estos apéndices aparecen en la última muda y son característicos de los machos adultos. En estos órganos, los machos almacenan el esperma y son utilizados para fecundar a la hembra. Como es obvio, esta técnica solo resulta útil en el caso de ejemplares subadultos y tampoco resulta demasiado fiable.
Forma de los quelíceros
Otra técnica para intentar determinar el sexo de nuestras arañas es mediante la forma y el tamaño relativo de los quelíceros. Los quelíceros de las hembras son más largos, robustos y afilados que los de los machos. Los quelíceros de los machos son más delgados y romos. En las hembras tienden a ser más bulbosos e irregulares, los de los machos son esbeltos y uniformes. Para determinar el sexo de esta forma se necesita tener cierta experiencia, y haber comparado la forma y el tamaño de los quelíceros en ejemplares ya adultos. Se han obtenido buenos resultados en Aphonopelma y Brachipelma.
Presencia de glándulas epiándricas
Una técnica bastante más fiable que las anteriores es determinar el sexo de nuestras tarántulas por la presencia/ ausencia de un conjunto de órganos productores de seda cercanos a la abertura genital. Estos órganos se denominan glándulas epiándricas y solo están presentes en los machos. Estos órganos productores de seda se abren paso al exterior mediante unas pequeñas hileras denominadas fúsulas. Estas hileras están acompañadas por un característico grupo de setas en forma de media luna. La función de este órgano es la de tejer la tela que necesita el macho para transferir el esperma desde la abertura genital hasta los bulbos copuladores. Este método resulta recomendable para ciertas especies, se puede utilizar con bastante éxito en especies pertenecientes a la subfamilia Theraphosinae donde se puede observar con facilidad la zona con forma de media luna. Especies arborícolas como Poecilotheria o Avicularia, no son demasiado aptas para sexar por este método. Se debe tener cuidado a la hora de examinar y manipular a la araña, para especies de arañas agresivas y potencialmente peligrosas para el hombre se recomienda utilizar otros medios de sexado.
Examen de las mudas
Esta técnica presenta numerosas ventajas respecto a las demás:
- La primera y más importante diferencia con el resto de métodos es su gran eficacia, con un poco de experiencia en esta técnica podemos estar seguros de que no nos va ha hacer falta recurrir a ningún otro método para determinar el sexo de nuestras arañas.
- Posibilidad de determinar el sexo sin manipular y molestar a la arañas, ni siquiera hace falta tener el espécimen delante, solo necesitamos una muda del mismo.
- Posibilidad de determinar el sexo de arañas pequeñas o muy pequeñas, con esta técnica es posible sexar de forma fiable a arañas de menos dos centímetros de cuerpo con todas las ventajas que ello conlleva a la hora de intentar la cría de arañas.
- Por último tiene la ventaja de no necesitar demasiada infraestructura para su realización, sólo una buena lupa y paciencia a la hora de estirar bien el abdomen de la araña. Se puede utilizar también una lupa binocular con el consiguiente encarecimiento. Debido a que es esta técnica la que presenta una mayor fiabilidad y posee más ventajas vamos a extendernos un poco en sus fundamentos y en la técnica básica para su realización. El principal fundamento el que se basa esta técnica es la presencia en las hembras de todas las especies de Theraphosidae y de arañas en general e una estructura interna característica, en forma de saco simple o bilobulado llamada espermateca. Esta bolsa le sirve a la hembra para almacenar y mantener el esperma del macho hasta el momento de la fecundación que ocurre durante la puesta de huevos. Cuando la araña muda, junto con la cutícula quitinosa y esclerosada la araña de desprende también de esta estructura que debidos a su naturaleza debe ser renovada. Podemos aprovecharnos de esta característica para examinar la muda y localizar o no la presencia de esta estructura, en las arañas de gran tamaño (4-5 cm. de cuerpo) esta estructura es tan patente en la muda que puede ser observada a simple vista. Por el contrario en arañas más pequeñas necesitaremos la ayuda de una buena óptica para poder resolver el sexo. La presencia de la espermateca en una muda nos indica claramente el sexo de nuestra araña, por el contrario si no logramos verla con claridad e identificar su forma característica no podemos estar seguros si se trata de un macho o una hembra ya que cabe la posibilidad de que esta estructura todavía no sea el todo visible, esto ocurre en individuos muy pequeños o en especies cuya espermateca no está demasiado esclerosada y resulta más difícil de distinguir. En esos casos debemos esperar a que la araña crezca un poco más para intentar determinar el sexo. La forma de preparar la muda para poder realizar esta técnica es muy simple. Nos son de mucha utilidad una pinza de punta muy fina y precisa y un par de agujas enmangadas. Si logramos obtener las mudas cuando la araña está recién mudada, nos será mas fácil estirar el abdomen para acceder a la zona ventral interna de la muda. Siempre resulta recomendable trabajar en húmedo con la muda de la araña, podemos emplear una valva de una placa de Petri o una bandeja adecuada. Para humedecer la muda de la arañas podemos emplear etanol de 96º y agua al cincuenta por ciento. Si solo empleamos agua la muda no se empapará ya que los pelos repelen el agua. La técnica para estirar el abdomen es muy simple, intentaremos localizar los bordes del abdomen para intentar separarlos y dejar al descubierto toda la zona ventral de la muda. La espermateca aparece en la parte superior del abdomen, entre los cuatro "mechones" blancos que no son otra cosa que las traqueas de la araña.