Kirus
Well-Known Member
Bueno... Realmente escribo esto solamente para desahogarme, o no sé.
La semana pasada, el jueves, noté que mi peque arrastraba una patita trasera. Di por hecho que se la habría roto por culpa de la caja que tenía como nido, con una puerta un poco pequeña para él. Estuve observándole, me informé, le puse otra caja con una puerta más grande, poco sustrato, sin juguetes... Lo que se recomienda para patitas rotas. El caso es que al tocarle no se quejaba, no parecía dolerle, la pata la movía con normalidad, aunque no llegaba a rascarse la oreja.
El domingo mi madre me comentó que le veía más delgado... Lógico, con una pata rota, pues a cualquiera se le quitan las ganas de comer... Pero el caso es que no me quedé tranquila. Ayer lo llevamos al veterinario, porque tenía sospechas de que pudiera ser una rotura muscular y no fractura del hueso, y de ahí la inflamación que le notaba al tocarle la zona.
En el veterinario le pesaron, y nos dijeron que necesitaban dormirle para hacerle una radiografía y tomar una muestra del bulto.
Estuvimos unos interminables... ¿10? ¿15 minutos? En la sala de espera... Y nos enseñaron la radiografía. El pobre tiene un bulto enorme que le empuja la patita hacia fuera, y por eso no puede andar con normalidad. No exagero si digo que el bulto es probablemente de ancho como medio hámster.
Le recetaron un antiinflamatorio y un antibiótico por si fuera una infección, aunque nos daban pocas esperanzas. Los resultados de la biopsia estarían al día siguiente por la mañana.
Y efectivamente ha resultado ser cáncer. No sabemos de qué tipo, y nos han dicho que no merece la pena estudiarlo, puesto que el tratamiento va a ser el mismo.
Ahora estaba la dura decisión entre tres opciones... Antiinflamatorio para el dolor y lo que aguantase con el tumor creciendo, quimioterapia, o cirugía para extraer el tumor y amputación de la pata. Y al final va a ser la quimioterapia. El veterinario nos ha asegurado que si responde bien, no tendrá dolor y el tumor dejará de crecer, que simplemente no podrá usar su pata normalmente, pero que tendrá una buena calidad de vida.
El tratamiento consiste en llevarlo una vez a la semana para que le pongan la quimio, dejarlo en observación, y el mismo día traérnoslo. Así mientras responda, y en tres meses valorar si ha crecido el tumor.
Y aquí estoy, enamorada de una clínica veterinaria en la que me voy a dejar unos 400€ por darle una buena vida durante unos meses a un animal que cuesta 6€ en tiendas. Y contenta por saber que es posible que pueda seguir rascándole las orejitas durante un buen tiempo más.
¿Cómo voy a abandonar a un animalito que es capaz de dormir así?
La semana pasada, el jueves, noté que mi peque arrastraba una patita trasera. Di por hecho que se la habría roto por culpa de la caja que tenía como nido, con una puerta un poco pequeña para él. Estuve observándole, me informé, le puse otra caja con una puerta más grande, poco sustrato, sin juguetes... Lo que se recomienda para patitas rotas. El caso es que al tocarle no se quejaba, no parecía dolerle, la pata la movía con normalidad, aunque no llegaba a rascarse la oreja.
El domingo mi madre me comentó que le veía más delgado... Lógico, con una pata rota, pues a cualquiera se le quitan las ganas de comer... Pero el caso es que no me quedé tranquila. Ayer lo llevamos al veterinario, porque tenía sospechas de que pudiera ser una rotura muscular y no fractura del hueso, y de ahí la inflamación que le notaba al tocarle la zona.
En el veterinario le pesaron, y nos dijeron que necesitaban dormirle para hacerle una radiografía y tomar una muestra del bulto.
Estuvimos unos interminables... ¿10? ¿15 minutos? En la sala de espera... Y nos enseñaron la radiografía. El pobre tiene un bulto enorme que le empuja la patita hacia fuera, y por eso no puede andar con normalidad. No exagero si digo que el bulto es probablemente de ancho como medio hámster.
Le recetaron un antiinflamatorio y un antibiótico por si fuera una infección, aunque nos daban pocas esperanzas. Los resultados de la biopsia estarían al día siguiente por la mañana.
Y efectivamente ha resultado ser cáncer. No sabemos de qué tipo, y nos han dicho que no merece la pena estudiarlo, puesto que el tratamiento va a ser el mismo.
Ahora estaba la dura decisión entre tres opciones... Antiinflamatorio para el dolor y lo que aguantase con el tumor creciendo, quimioterapia, o cirugía para extraer el tumor y amputación de la pata. Y al final va a ser la quimioterapia. El veterinario nos ha asegurado que si responde bien, no tendrá dolor y el tumor dejará de crecer, que simplemente no podrá usar su pata normalmente, pero que tendrá una buena calidad de vida.
El tratamiento consiste en llevarlo una vez a la semana para que le pongan la quimio, dejarlo en observación, y el mismo día traérnoslo. Así mientras responda, y en tres meses valorar si ha crecido el tumor.
Y aquí estoy, enamorada de una clínica veterinaria en la que me voy a dejar unos 400€ por darle una buena vida durante unos meses a un animal que cuesta 6€ en tiendas. Y contenta por saber que es posible que pueda seguir rascándole las orejitas durante un buen tiempo más.
¿Cómo voy a abandonar a un animalito que es capaz de dormir así?