En realidad mejor que el vinagre es el amoniaco, neutraliza el veneno y alivia el tremendo picor (el famoso Afterbite para picaduras de insectos no es otra cosa que amoniaco). O eso, o el agua dulce caliente, el calor neutraliza el veneno, las proteínas que lo forman se degradan rápidamente. Olvidaros del vinagre, si no tenéis amoniaco, agua caliente es lo mejor. También sirve para picaduras de salvario en los pies, que son tremendamente dolorosas también y se te puede poner el pie como una bota.
Que no os hagan como me hicieron a mí, que un socorrista decía que era mejor el agua caliente, otro que el amoniaco, y al final terminé con el pie metido en una palangana llena de agua caliente con un bote entero de amoniaco, y tantos vapores emanaba aquello caliente que casi me intoxico ... los socorristas para entonces ya habían escapado corriendo ... yo salí detrás ... Eso sí, efectivo del todo ... Pero para la próxima vez, o una cosa u otra.
Yo jamás había visto una carabela portuguesa hasta este verano, aquí en una playa en Vizcaya, estabamos haciendo kayak un día un poco revuelto (nuboso y el mar algo picado) a unos 300 m de la playa y en medio del mar vi algo que a lo lejos me pareció una botella de 5l, de esas de plástico azul, pero enseguida nos acercamos remando y efectivamente, era una carabela portuguesa tremenda, perfectamente sana, allí navegaba entre el mar picado.
Como ya el mar se estaba poniendo un poco mal, decimos subir por la ría y a unos 5 km de la desembocadura del mar, prácticamente en agua dulce y embarrancada en la orilla barrosa, entre la hierba, había otra carabela, ya condenada a morir allí. Me quedé asombrada por ver CÓMO había podido subir, esquivando todos los barcos de la ría, los puentes, los árboles ... y llegar hasta ahí arriba.
Cuando yo competía en travesías de natación por el mar, muchas veces teníamos que meternos al agua con el mar plagadito de medusas, pero no llevábamos ningún traje integral ni nada de eso, simplemente el bañador, y nuestros padres nos untaban con vaselina líquida por el cuerpo de arriba a abajo, que parecíamos sardinas en aceite, y nos librábamos de toda picadura, pues no pueden aferrarse los tentáculos.
No olvidaré la angustia que pasé un día que de repente empecé a verlas por debajo mío, intenté esquivarlas, pero una chica y yo acabamos de lleno en un banco de medusas, nadaba presa del pánico intentando dejarlas atrás, y al final no me picó ninguna. Una compañera del equipo no tuvo tanta suerte (ella no se embadurnó antes), se le enganchó una en un hombro, sufrío una reacción alérgica y acabó llevándosela la ambulancia al hospital, y quedó con una cicatriz tremenda en el hombro de casi 3 cm de ancho).
Así que cuidado con los animalitos estos ...