Lilith, perdona, chata, pero el nombrecito tiene mucha más tela que ese rollito vampírico.
Según la tradición judía, en el génesis, Adán antes de Eva, le pidió a Yahveh una compañera (despues de conocer a todas las hembras de los animales y encontrar que ninguna era la compañera que él necesitaba... tela). Dios consintió e hizo una mujer de barro, pero así como el barro de Adán simplemente consistía en polvo y agua, el barro de la mujer primigenia era de excrementos y fango. Una vez insuflada la vida, le dió el nombre de Lilith y la dejó con Adán.
El caso es que, la tal Lilith salió rebelde, porque cuando Adán se la quería trajinar, ella se negó a hacerlo siempre en la postura que Dios manda (o sea, la del misionero para entendernos). Ella había sido hecha tambien de barro por la mano de Dios, con lo cual tenía derecho a no someterse siempre. Así que o bien se turnaban uno encima del otro cada vez o lo hacían de lado. Adán no aceptó e intentó forzarla, así que la tal Lilith se largó del paraíso, y fué a las orillas del Mar Rojo que en aquella época estaban habitadas por toda clase de demonios, y allí copuló con todos ellos. Ella misma se convirtió en demonio. Por su concupiscencia es muy ansiosa de semen de hombre, con lo cual anda cerca de las camas donde se está consumando acto sesual por si cae por ahí alguna gota derramada, hacerse con ella (del "vicio solitario" ya ni hablamos).
Y es que uno se pone a leer el antiguo testamento de la Biblia, o el Talmud, o la Historia de Herodoto, y te das cuenta de que la humanidad está de un comedido en estos tiempos que corren...
Por cierto: Chus = Jesús, y Montes mi primer apellido.
Hala, besos.